Los días azules suceden sin calendarios, no hay martes de café con amigos. , ni findes de salidas, ni clases de pintura, ni de ir a galerías y museos, no hay maquillaje para salir al mundo, ni ropa para lucir, el devenir es muy imperceptible pero imparable, que sucede y y sucede, estando ella detenida.
Todo tiempo pasado no solo fue mejor, sino el único que merece ser recordado, un tiempo de inocencia, pero de capricho, un tiempo de resoluciones, un tiempo de cuidado, un tiempo de amor.
Una princesa sin tierras, una cenicienta sin zapatos y y años de ser cautiva de sus herencias afectivas.
Y los caños se tapan, como su garganta con palabras, la humedad invade como el silencio físico, y el frío te mantiene, te conserva, porque alguien debe de poder hacer algo por ella, alguien, cualquier fantasma, mas no ella.
Pero siempre hay un sueño constante, hay un futuro, uno sin dolores, donde volverá a ser, lo que quizo ser, lo que creía que fue y aun así, no eligió.
Ella no es un hoy, es un pasado en pausa, esperando volver a andar, con 73 años en una cadera rota, que mágicamente sanara y ahí si, volverán las clases, los amigos, los amores y donde poder nadar de noche.
Y espera, con un traje igual todos los días mientras ve cruzar la gente en la calle desde la ventana y quiere para empezar un solo pequeño logro, caminar, como debe suceder en sus sueños, donde aun es la bella, y un padre enamorado y severo sabia complacer, y siempre hay un hogar donde volver.
He escrito sobre ella infinidad de veces, escribí sobre ella y nosotros, pero por primera vez desde que nos conocimos accedió a que le saque fotos y aquí están
Su nombre es Adelina Musacchio,
siempre quizo que la llamaran solo Lina
Yo la nombro como Madre
Todo tiempo pasado no solo fue mejor, sino el único que merece ser recordado, un tiempo de inocencia, pero de capricho, un tiempo de resoluciones, un tiempo de cuidado, un tiempo de amor.
Una princesa sin tierras, una cenicienta sin zapatos y y años de ser cautiva de sus herencias afectivas.
Y los caños se tapan, como su garganta con palabras, la humedad invade como el silencio físico, y el frío te mantiene, te conserva, porque alguien debe de poder hacer algo por ella, alguien, cualquier fantasma, mas no ella.
Pero siempre hay un sueño constante, hay un futuro, uno sin dolores, donde volverá a ser, lo que quizo ser, lo que creía que fue y aun así, no eligió.
Ella no es un hoy, es un pasado en pausa, esperando volver a andar, con 73 años en una cadera rota, que mágicamente sanara y ahí si, volverán las clases, los amigos, los amores y donde poder nadar de noche.
Y espera, con un traje igual todos los días mientras ve cruzar la gente en la calle desde la ventana y quiere para empezar un solo pequeño logro, caminar, como debe suceder en sus sueños, donde aun es la bella, y un padre enamorado y severo sabia complacer, y siempre hay un hogar donde volver.
He escrito sobre ella infinidad de veces, escribí sobre ella y nosotros, pero por primera vez desde que nos conocimos accedió a que le saque fotos y aquí están
Su nombre es Adelina Musacchio,
siempre quizo que la llamaran solo Lina
Yo la nombro como Madre















